Colombia tendrá un gobierno popular, el primero en 214 años. Gustavo Petro y Francia Márquez sumaron 11.2 millones de votos en la segunda vuelta electoral, una votación histórica que fue posible por el apoyo de los más marginados y de los jóvenes. En su primer mensaje como presidente electo, ofreció un gobierno para la paz, la justicia social y la justicia ambiental
Texto: Daniela Pastrana
Fotos: Juan Barreto / AFP, Alex Sierra, Ingrid Sánchez, Iván Castaneira y Daniela Pastrana
BOGOTA, COLOMBIA.- Minutos después de las 4 de la tarde, el guapireño Lali Fernando Riascos escribió en su historia de Instragram (@soy_lalif): “Tengo ganas de acostarme a dormir y despertarme cuando ya todo haya pasado”.
Luego agregó un mensaje de viva voz: “Gente, estoy a unos cuantos minutos de dos decisiones: amar a mi país como nunca antes o decepcionarme como nunca antes”.
El ánimo del joven de 20 años, que forma parte de la plataforma juvenil de Guapi Cauca, era el de millones de colombianos al cierre de la jornada electoral. Con un elemento adicional: en ese municipio caucano habían sido asesinadas en 24 horas 9 personas, entre ellas una mujer cabeza de familia y madre de 7 hijos, y Roberto Carlos Rivas, presidente de junta de acción comunal y testigo electoral del Pacto Histórico.
En Bogotá, el abogado Alí Bantu Ashati, coordinador del #VotoPacífico, confirmaba la noticia.
En el resto del país, la gente que había salido a votar desde temprano, con aguaceros, o que había realizado largos viajes para llegar a su casilla, esperaba nerviosa los resultados.
A las 4.50 de la tarde, con el boletín número 10, las dudas quedaban despejadas: Con 79 por ciento de los votos computados, Gustavo Petro aventajaba por más de tres puntos a Rodolfo Hernández y amarraba más de la mitad de los votos.
La noticia se esparció de teléfono en teléfono, de chat en chat, en mensajes de Instagram, Twitter, Facebook: “Ya ganó”. “Ganó Petro”. “Petro es presidente de Colombia”.
La gente lo tomaba con reserva. Aún en ese momento, la sombra de la historia colombiana pesaba. Era imposible creer que, por primera vez, las familias que han gobernado más de doscientos años habían sido derrotadas.
“No me lo creo”, repetían en los petristas concentrados en el Movistar Arena, concentrados para un improbable festejo.

Pero el siguiente anuncio fue más claro: Con 89 por ciento de los votos computados, el resultado era irreversible.
Gustavo Petro agradeció en sus redes sociales a los colombianos. Después lo hizo Francia Márquez, su compañera de fórmula. El presidente saliente, Iván Duque, y el propio Rodolfo Hernández, también lo aceptaron.
Para entonces, la gente se había tirado a las calles de Bogotá y Cali para festejar. Los comentaristas de Caracol TV miraban sorprendidos las escenas de personas envueltas en banderas, gritando, llorando, cantando el himno, tocando los claxons. Algo que jamás habían visto en una elección.
Lali volvió a su historia de Instagram, con una sonrisa que le llenaba la cara: “¡Gente! Tengo que ser honesto: Esta es la felicidad más grande que me ha dado Colombia en mi vida. ¡Ay, Petro, en serio! ¿Francia Márquez vicepresidenta? ¿Por fin vamos a tener una vicepresidenta negra mujer?”
Francia Márquez, esa mujer negra que aglutinó los votos de los pueblos indígenas y afrocolombianos, fue la primera en subir al escenario del Movistar Arena para agradecer a todos los colombianos por «este momento histórico».
«Quiero agradecer a todas las colombianas y colombianos que dieron la vida por este momento», señaló Márquez, recordando a los líderes sociales asesinados en el país. «A la juventud que ha sido asesinada y desaparecida, a las mujeres que han sido violentadas. Gracias por haber hecho el camino, gracias por haber sembrado la semilla de la resistencia».

El gobierno de los nadies
Lali y los caucanos no fueron olvidados por la vicepresidenta electa, quien con su tono costeño se refirió a los suyos, los negros e indígenas del departamento del Cauca, donde la fórmula Petro-Márquez venció cuatro a uno a la de Rodolfo Hernández y Marlene Castillo (79.02 contra 18.82 por ciento, según el conteo final). Y del pacífico colombiano, esa región que en la segunda vuelta aumentó 30 por ciento su participación electoral.
“Quiero saludar a mi comunidad, mi gente de Yolombó, de Suarez cauca, del departamento del Cauca, del pacífico colombiano. De manera especial a mi movimiento Soy porque somos. Al Polo democrático alternativo, al Pacto Histórico y al frente amplio. Gracias por haber creído que si era posible cambiar la historia de Colombia”, dijo Márquez.

Luego se dirigió a las mujeres, jóvenes, maestros y maestras, al pueblo indígena, al pueblo campesino, a la comunidad afrodescendiente:
“Hemos avanzado en un paso muy importante: después de 214 años logramos un gobierno del pueblo, un gobierno popular, el gobierno de la gente con manos callosas, el gobierno de la gente de a pie, el gobierno de los nadies y las nadies.
Vamos a reconciliar esta nación. Vamos por la paz, de manera decidida, sin miedo, con amor y con alegría, vamos por la dignidad, por la justicia social, vamos las mujeres a erradicar el patriarcado en este país. Vamos por los derechos de la comunidad diversa, por los derechos de nuestra madre tierra, a cuidar la biodiversidad. Vamos juntos a eliminar el racismo”, dijo.

La política del amor
Terminaba Francia su mensaje cuando llegó Gustavo Petro, el presidente electo, quien hiló un discurso sobre la paz, el “cambio de verdad” y la unidad latinoamericana.
Petro habló de no traicionar a los 11 millones de electores que pidieron un cambio de fondo en el país, de una “política del amor”, entendida como una política del entendimiento y de construir un gran acuerdo para la paz, “que ya comenzó a construirse entre 11 millones de colombianos, pero tiene que ser con 50 millones”. Habló también del perdón a sus opositores, a quienes les tendió un lazo: no habrá persecuciones políticas ni jurídicas. Por el contrario, son bienvenidos en su gobierno.
“No es un cambio para vengarnos, no es un cambio para construir más odios, no es un cambio para profundizar el sectarismo en la sociedad colombiana”,
“Las elecciones mostraron dos Colombias, cercanas en términos de votos, pero nosotros queremos que Colombia, en medio de su diversidad, sea una Colombia (…) Porque no tendría razón este esfuerzo mayúusculo si no llevamos a la sociedad colombiana a la paz. ¿Y qué significa la paz? Que los 10 millones de electores de Rodolfo Hernández son bienvenidos en este gobierno. Que no vamos a utilizar el poder en función de destruir al oponente. Que los perdonamos (…) Que el clima político que nos ha acompañado en este siglo hoy no puede seguir así. Habrá oposición seguramente, y será férrea, pero en este gobierno que se inicia nunca habrá persecución política ni persecución jurídica. Solo habrá respeto y diálogo”.

Fiscal: libere a nuestra juventud
Petro se refirió a la necesidad de establecer diálogos regionales para “mirar el conflicto en sus historia” En esos diálogos deben estar muchas personas, no solamente quienes han levantado armas, sino “esa mayoría silenciosa de campesinos, indígenas, mujeres, jóvenes”. Pues solo sobre es base se pueden construir las reformas que necesita Colombia para poder convivir en paz.
Somos parte de una acumulado y una resistencia que ya tiene cinco siglos. Que somos la sumatoria de la resistencia de Colombia, que hemos congregado ese pasado de luchas, de resistencias, de rebeldías contra la injusticia. Contra un mundo que no debería ser”, insistió.
Uno de los momentos más conmovedores, fue cuando Jenny Medina, madre de Dilan Cruz, el joven que fue asesinado por la policía en las movilizaciones del paro nacional del 2019, habló a nombre de todas las víctimas.
«En nombre de mi hijo Dilan, en nombre de todas las víctimas, de todos los falsos positivos, alzo mi voz por mi hijo, porque exijo justicia y le doy la bienvenida presidente, porque en usted está la esperanza de todos nosotros», dijo la mujer.
Petro no lo dejó pasar.
«Le solicito al fiscal general de la Nación que libere a nuestra juventud. Que libere a los jóvenes. Le solicito a la procuradora general de la Nación que restituya en sus puestos a los alcaldes suspendidos. Ya no es el momento de los odios”, dijo.
El público respondió con una aclamación.

Colombia, potencia mundial de la vida
En su discurso, Petro se refirió a otros dos ejes de su gobierno: la justicia social y la justicia ambiental.
«El cambio significa abrir las oportunidades para todos y todas las colombianas en la esperanza «, dijo.
“Este Gobierno que va a iniciar el 7 de agosto es un gobierno de la vida, es el gobierno que quiere construir a Colombia como una potencia mundial de la vida. Si queremos sintetizar en tres frases en qué consiste yo diría que: paz, en justicia social y justicia ambiental».

